La importancia de las habilidades sociales

En estos tiempos que corren las exigencias de protección física dificultan la relación entre las personas. Es natural que todos tengamos que hacer un esfuerzo para protegernos, a nosotros y a las personas que conviven en nuestro alrededor, pero no podemos olvidar la importancia de las relaciones sociales, especialmente en los niños. De ahí el valor de recuperar el colegio, recuperar los amigos, recuperar el mundo a nuestro alrededor, con cuidado, con medidas de protección evidentes, pero sin renunciar a la socialización personal y cercana .

Las competencias sociales las adquirimos a través del contacto con los demás y las aprendemos en la infancia como tantas y tantas cosas. Existe una relación estrecha entre las competencias sociales que adquirimos en la infancia y el posterior funcionamiento ya no solo social sino también psicológico y académico.

Este mundo requiere, a pesar de los avances tecnológicos que parece que nos separan físicamente de los demás, una serie de habilidades o competencias sociales que sin ellas estamos realmente expuestos. La calidad de vida está estrechamente ligada a nuestros apoyos sociales, mantenerlos, cuidarlos y disfrutar de los mismos son aspectos que aprendemos y desarrollamos desde la infancia.

La falta de habilidades sociales queda de manifiesto especialmente en la adolescencia, donde cambian las estrategias y la forma de comunicarnos. Las deficiencias en habilidades sociales están relacionadas con la baja autoestima, la depresión o el locus de control externo (considerar que las hechos que suceden en tu vida dependen de agentes externos a ti mismo, con lo que la capacidad de intervenir sobre los propios problemas se ve seriamente comprometida, reduciendo significativamente la posibilidad de afrontarlos).

Un niño/a con adecuadas habilidades sociales es más capaz de dar y recibir afecto, de recibir recompensas sociales positivas, lo que incrementa la implicación social y ello provoca más interacciones fructíferas. Es un constante círculo positivo. Sin embargo aquellos que no son capaces de desarrollar adecuadamente estas habilidades rompen esta dinámica, dificultando notablemente el disfrute a través de las interacciones sociales. Esto altera las relaciones de amistad, y con ellas la importancia de los demás en nuestra vida se ve reducida.

Por ello es importante valorar muy positivamente la capacidad de las personas de iniciar y mantener relaciones sociales, capacidad que se aprende con el contacto y la experiencia, habilidad central a la hora de sentirnos realizados y felices,
En los centros educativos no solo se aprende conceptos, también a relacionarnos y a descubrir, con ayuda de los iguales, a  nosotros mismos.

Andrés Lazcano
Dpto. Orientación Colegio Luyferivas