Avive el seso

 
La presente reflexión surgió en una de las clases de Literatura. Fue en 3º ESO, en torno a las 14:00, momento en que el que las mentes de nuestros chicos y chicas trataban de desentrañar el sentido de las Coplas a la muerte de mi padre. Allá, en el muy lejano siglo XV, Jorge Manrique reflexionó sobre la vida, la muerte o el paso del tiempo, temas universales que pasan desapercibidos en un par de estrofas de un libro de texto. Ahora nos da por leerlas.

«Cualquiere tiempo paseado fue mejor» terminaron de leer. Después les hice una pregunta: «¿Qué hemos leído en esta estrofa?». «No se entiende» o «está escrito muy raro» son respuestas plausibles en lugar de la típica «¿y va a entrar esto en el examen?». Releímos, pues, la elegía y nos detuvimos en la primera sextilla. «¿Por qué dice avive el seso?». Recordamos sin percibir que lo hacemos con el corazón; de igual manera, seso está emparentado con el latino sentio (‘sentir’). ¿Dónde guardamos nuestras vivencias y sentimientos? ¿Seríamos nosotros mismos si un día no recordáramos?

Por eso, en 1º y 2º de ESO, nuestro objetivo es su acercamiento a la literatura. Que la lean y la escuchen a través de los diferentes autores permite que la vivan y que hagan suya tan extraña conjunción de palabras. Este acercamiento desde la curiosidad y el deseo lector enriquece su concepción del mundo y de sí mimos, y además, los capacita en cursos superiores a profundizar en estudio de los dramaturgos, novelistas y poetas estudiados.