Recomendaciones para familias y docentes con estudiantes con TDAH

Educar es sembrar. Cuando trabajamos con estudiantes con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), se tiene la impresión de que la semilla va a tener dificultades para agarrar y crecer. Sin embargo,  crece, florece y da fruto. Solo hace falta un poco de paciencia y estrategias bien definidas como las que detallamos a continuación (Amador 2006).

Para poder crear unas estrategias adecuadas, lo primero que tenemos que hacer es entender qué es el TDAH. Se trata de un trastorno neurobiológico y se caracteriza por la presencia de tres síntomas: déficit de atención, impulsividad e hiperactividad. En España, afecta al 6,8% de la población pediátrica. Su origen es multifactorial y en ella se interrelacionan factores genéticos, neuroquímicos, neuroanatómicos y ambientales. La literatura nos indica que la principal causa es la biológica (orgánica), entendiéndose ésta como un desequilibrio químico en las áreas cerebrales involucradas en la atención y el movimiento.

Con una adecuada  intervención, es muy probable que los afectados desarrollen vidas plenas y satisfactorias. Sin embargo, si no se trata puede llevar al acoso y/o fracaso escolar.

Recomendaciones generales:

  • La práctica deportiva: puede producir beneficios en la función cognitiva, la función ejecutiva, la coordinación motora, el rendimiento académico, el comportamiento y las habilidades sociales. Dichas mejoras podrían reducir los síntomas básicos del TDAH a largo plazo.
  • Educadores participantes: Pediatra, familia y profesores deben de estar en constante coordinación. Es muy importante que el estudiante con TDAH viva en un contexto estable y que encuentre coherencia en su entorno para que pueda crear hábitos adecuados.
  • Medicación: según qué casos puede ser de gran ayuda para mejorar los procesos cognitivos.
  • Entorno de trabajo: con el objetivo de evitar distracciones, es fundamental que su asiento se sitúe cerca del maestro y lejos de murales, ventanas, decoraciones, etcétera. 
  • Supervisión y feedback constante: explicaciones individuales.
  • Técnicas de modificación de conducta: con estas estrategias se pretende consolidar o aumentar los comportamientos deseados y evitar o disminuir las conductas inadecuadas. Antes de aplicar estas técnicas es obligatorio explicar al estudiante las normas de clase/casa,  aclarándole que el cumplimiento de las normas va acompañado de ciertas ventajas y el incumplimiento conlleva unas consecuencias.

A continuación, se detalla alguna de las técnicas de modificación de conducta más eficaces:

  1. Reforzamientos positivos: se trata de la mejor estrategia para el control de una conducta. Consiste en elogiar aquellos comportamientos que queremos que se den con más frecuencia. Además, pueden ir acompañados de privilegios especiales, como por ejemplo: encargado del material, ayudante del profesor, entre otros. 
  2. Economía de fichas: se definen las conductas deseadas, se presentan las fichas y se establece un premio o privilegio al conseguir un número determinado de fichas.
  3. Castigos: sanción molesta para el estudiante.
  4. Extinción: es la más adecuada para reducir las conductas no deseadas. Consiste en dejar de prestar atención a un comportamiento para evitar que se repita.
  5. Contrato de contingencias: se trata de la elaboración de un documento en el que quede por escrito las conductas deseadas y las consecuencias de la realización o no de las mismas. Padres, docentes y estudiantes deben firmar y comprometerse a cumplir lo acordado. Se recomienda que el estudiante pueda elegir algunos privilegios y/o comportamientos de los profesores y padres. Es común encontrar a estudiantes que piden que sus profesores no les griten o les hablen con menosprecio.
  6. Tiempo fuera: consiste en aislar al niño en un entorno carente de estímulos durante unos minutos. Dependiendo de la edad, puede variar de 2 a 8 minutos. Más tiempo provoca la pérdida de eficacia porque los estudiantes encuentran algo para entretenerse. Una vez finalizada la técnica, no es necesario volver a recriminar, pues se ha tenido tiempo para pensar.
  7. La autoestima: el estudiante con TDAH puede llegar a rechazarse a sí mismo, mostrándose desmotivado para superar sus dificultades.
  8. ¿Quieres saber más?
  9. Sí eres profesor haz clic aquí o aquí. 
  10. Si eres familiar haz clic aquí (pág. 17).

Conocer el trastorno ayuda a comprender a quién lo padece, estar formado ayuda a elaborar unas adecuadas estrategias, y tener paciencia ayuda a que la semilla pueda agarrar, crecer, florecer y dar su fruto.

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