Mi primer día de cole

La etapa escolar suele ser la época emocionante para la mayoría de los niños, un tiempo de aventuras y nuevos descubrimientos.

Pero al ser algo nuevo y desconocido también puede producir sentimiento de inseguridad, tanto en los padres como en los hijos. 

Estas son algunas de las recomendaciones y experiencias personales que pueden servir para ayudarles en la nueva etapa que inician.
 

ACOSTUMBRARSE A LO DESCONOCIDO
 

Lloros, rabietas, problemas de adaptación a los nuevos horarios… El inicio de la etapa escolar puede resultar una dura prueba para algunos niños, especialmente si es la primera vez que se separan de sus padres. 

Al ser algo nuevo y desconocido, los primeros días de cole pueden producirse sentimientos de inseguridad y generarles una cierta ansiedad. Muchos niños se muestran reacios a separarse de sus padres en la puerta del cole o se niegan a venir. Según los expertos, en estas situaciones lo mejor es mantener una actitud firme aunque deben tener paciencia y comprender que esas reacciones son completamente normales. Hay que entender que para los niños el colegio es como su segunda casa y suele ser el centro de su vida social, por lo que es fundamental que se adapte cuanto antes a su nueva situación. Y para que este proceso se lleve a cabo sin problemas es necesario que los padres colaboren con los educadores. 
 

Empezar una etapa diferente con una nueva profesora y otros compañeros puede ser una experiencia difícil y estresante, tanto los pequeños como para los mayores, que pueden llegar a afectar a su rendimiento e incluso su estado de ánimo. Por lo general, si el niño ya ha asistido a una guardería o a otro centro anteriormente las cosas suelen ser mucho más fáciles.
 

EN ESTRECHA COLABORACIÓN
 

Según los expertos, el papel del centro educativo es fundamental para poder proporcionar al niña una integración paulatina y ofrecerle todo el apoyo que necesita para adaptarse a su nueva situación. Organizar reuniones de padres antes del inicio de curso para que conozcan al profesorado y puedan aclarar cualquier duda, ayudarles a conocer las instaciones o iniciar el curso de manera progresiva son algunas de las medidas que pueden facilitar la adaptación de los niños. 

Pero además de la ayuda que brinda el centro, los padres también pueden poner su granito de arena para facilitarles ese cambio. Para ello es fundamental que confien en los educadores y cooperen en el proceso sin obstaculizarlo. Lo normal es que la ansiedad que provoca el inicio de curso tanto para los padres como los alumnos desaparezca después de los primeros días o semanas. Los niños suelen relacionarse enseguida con sus compañeros de clase y aprender a confiar en los profesores. SIn embargo, si tienen excesivos problemas (dificultad para dormir, rabietas frecuentes, se muestra remiso a la hora de ir al colegio, etc.) conviene consultar a su profesor/a y si los problemas persisten, ponerse en contacto con el gabinete psicopedagógico del Centro para que le ayuden a superar esta etapa.