Érase una vez una princesa…

Era 6 de marzo de 2015, viernes. Luna tenía 8 años, no se encontraba bien. Iba de camino al colegio con su padre cuando decidieron dar la vuelta e ir al médico.

Al observarla el médico, encontró algo extraño en su tripa y decidió mandarla al hospital para hacerle unas pruebas. En ese momento, llamaron a su madre y juntos acudieron al hospital.

Cuando llevaban una hora en el hospital, sus papás ya sabían lo que le ocurría a Luna, pero decidieron esperar para contárselo. Lo primero que hicieron los médicos fue ponerla el portacath, para introducirle la medicación e ir tratándolo hasta saber el nombre exacto de su enfermedad.

Eso fue el principio de todo lo que venia después.

Ella paseaba por los pasillos de la planta 3F, que es la planta de oncología infantil. Un pasillo aislado lleno de luz y de vida, ajena a lo que en realidad estaba sucediendo, hasta que observó un cartel extraño que decía “ONCOLOGÍA”. Luna no había escuchado esa palabra jamás y muy intrigada preguntó a sus padres que quería decir. Se marcharon hacia la habitación y agarrando muy fuerte sus manos, papá y mamá le explicaron que tenía un pequeño bulto en su riñón que tenían que quitar.

En ese momento, Luna comprendió que tenía Cáncer (tumor de Wilms).

Desde ese momento su frase fue: Siempre juntos. Eso la reconfortaba.

Con tan solo 8 años, se enfrentaba a una terrible enfermedad que no sabía cómo abarcar. El día que se enfrentó a su operación, Luna pidió un deseo a sus padres. Si todo salía bien, cuando estuviese totalmente recuperada quería tener un perrito (bichón maltes) que lo iba a llamar Ilu, de Ilusión. No tenía miedo al quirófano, ni siquiera a las agujas, ella solo tenía en su cabeza esa ilusión.

Sacó fuerzas y se enfrentó a una operación en la que le extirparon un riñón, 40 días en el hospital, muchos pinchazos, muchas pruebas, quimioterapia, radioterapia, puntos, mascarillas, alcohol de manos por litros, delgadez, ojeras, caída de pelo, ingresos, visitas a urgencias, fiebres … en una niña que en el Carnaval del colegio,15 días antes, se había hecho su primera herida en la rodilla tras una caída. Fue un año y medio muy duro.

Lo más sorprendente de Luna es que jamás perdió su sonrisa, jamás se rindió. Todos los recuerdos que tiene de aquellos años son los mejores de su vida.

Recuerda como las enfermeras le daban vías para que ella se las pusiera a sus muñecas, un día a la semana acudían payasos para hacerla reír, los profesores iban al hospital para que no perdiera el ritmo de las clases…

Estuvo año y medio sin acudir al colegio, ya que tenía que permanecer en casa porque sus defensas estaban muy bajas.
Ingresos largos de 7 días para quimioterapia cada tres semanas y hospitalizaciones cada semana por defensas bajas o transfusiones.
Muchas bolsas de sangre y plaquetas…

A pesar de ello, cada día estudiaba y realizaba los deberes que le mandaban sus profesores. Gracias a ello no perdió ningún año académico y dos años después, pudo volver a clase son sus amigos.

Un día de aquellos dos años, sonó el teléfono de su padre, le llamaban de una fundación de niños con cáncer (jugoterapia) para proponerle una actividad. Habían seleccionado a Luna para trabajar junto con Paula Echevarría (una famosa actriz), en la venta de unos muñecos pelones. Estos muñecos, se crearon con el fin de favorecer a estos niños creando parques en las azoteas de los hospitales, mejoras en las plantas infantiles de oncología , regalar videoconsolas, crear salas de cine, habitaciones ambientas…todo ello para hacer sus largas estancias más llevaderas.

Luna aceptó y fue uno de los momentos más bonitos que ha vivido en la larga lucha de su enfermedad. A día de hoy, se venden en grandes centros comerciales y por Internet.

En estos dos años, realizó muchas acciones benéficas y conoció gente muy importante del mundo de la televisión.

También, una amiga de su madre, creó “El proyecto Luna” que consistía en realizar cojines con una gallina llamada Luna y un cuento, que se vendían para obtener beneficios para la Fundación Aladina.

Luna es una niña risueña, luchadora, generosa, guerrera… a pesar de haber pasado por esos momentos solo recuerda lo bien que se portó la gente con ella, el cariño que recibió y todo lo que aprendió en ese tiempo.

Nos ha dado un ejemplo de vida, de superación, de valentía… no hay suficientes adjetivos para calificar su historia.

A día de hoy, está totalmente recuperada. En septiembre de 2016 regresó a nuestro colegio siguiendo sus clases con normalidad.
En agosto de 2016 Luna cumplió su deseo, la perrita Ilu apareció en la vida de Luna.

Lo que demuestra que nada es imposible y los sueños se cumplen.

 

“ Una verdadera luchadora no es la que siempre gana, si no la que a pesar de todos los problemas que le plantea la vida, nunca se rinde.”
 

 

Educación en valores

Deja una respuesta

Latest Posts
mayo 2024
L M X J V S D
 12345
6789101112
13141516171819
20212223242526
2728293031