Desarrollo de la autonomía en Ed. Infantil

Nos encontramos en una etapa en la que el niño y la niña se van desarrollando de manera integral, adquiriendo herramientas y aptitudes que le ayudarán a formarse como persona y a saber desenvolverse en su entorno.
En este proceso, el desarrollo de la autonomía es fundamental, debido a que es la herramienta principal que les permiten ser independientes y sentirse más seguros en su día a día. En ocasiones, trabajarla a diario se convierte en todo un reto, ya que la vida ajetreada de los adultos nos impide disponer del tiempo necesario para ello.

Dentro de los beneficios que genera el desarrollo de la autonomía podemos destacar: 
1.    Creación de hábitos que se mantendrán en su día a día.
2.    Les permite ser libres en diferentes contextos.
3.    Mejora la autoestima.
4.    Se fomenta el aprendizaje y comprensión de las normas.
Como sabemos, los niños y niñas aprenden de manera significativa, esto es, a través de experiencias que le permitan manipular y explorar, así como a través del ensayo-error (intentando las cosas por ellos mismos y comprobando los diferentes resultados). En el caso de la autonomía no es diferente, por ello es papel del adulto crear un ambiente de seguridad en el que puedan explorar libremente sin sentirse controlados e inseguros. 
¿Qué podemos hacer para fomentar la autonomía?

Podemos diferenciar 3 grandes ámbitos en los que el desarrollo de la autonomía es de vital importancia, ya que permitirá al niño y la niña tener el control en acciones rutinarias. De esta manera, se sentirán más cómodos y seguros en su día a día, e incluso cuando tengan que enfrentarse a nuevas experiencias sentirán cierta seguridad en sí mismos, lo que facilitará el nuevo proceso. A continuación, mostramos varios ejemplos de los aspectos fundamentales que podemos trabajar en cada ámbito.
•    Higiene: 
–  Lavarse las manos y secárselas, así como aprender a diferenciar los momentos en los que esto es necesario (después de ir al servicio, antes de comer, cuando se manchan, etc.)
–   Percibir cuándo están limpios o sucios, mostrar incomodidad ante la suciedad.
–   Control de esfínteres: quitar el pañal de manera motivadora, progresivamente y atendiendo a sus características y desarrollo. Enseñarles a limpiarse solitos.
–   Pedir ayuda cuando tienen la nariz sucia y aprender a coger papel para limpiársela.
–  Usar la papelera, tanto dentro como fuera del hogar.
–  Lavarse los dientes después de las comidas.
•    Alimentación:
–  Aprender a utilizar los diferentes cubiertos: agarrarlos adecuadamente, así como usar el más apropiado para cada alimento.
– Agarrar el vaso y beber sin ayuda de otros elementos (pajitas, etc.
–  Percibir cuándo se manchan la boca o las manos y usar la servilleta para limpiarse.
•    Vestirse y desvestirse:
– Subirse y bajarse los pantalones.
– Abrir y cerrar cremalleras.
– Abrochar y desabrochar botones.
– Ponerse y quitarse los zapatos (para facilitárselo, usar solo de velcro).
– Ponerse y quitarse abrigos y chaquetas.
También podemos fomentar la autonomía dejándoles realizar pequeñas tareas cotidianas como: ayudarnos a poner la mesa, recoger su plato, recoger los juguetes, ordenar las cosas de la compra, vaciar el lavavajillas, hacer pequeñas recetas, etc.
Por último, es conveniente tener en cuenta ciertas pautas a la hora de favorecer la autoestima en los niños y niñas en estas edades. Algunas de ellas son:
– Enseñarles cómo deben hacer las cosas mediante indicaciones al principio y dejándoles que lo hagan solos, descubriendo sus posibilidades. Poco a poco, dejar de recordares las indicaciones.

– Si se equivoca, es lento o no lo hace exactamente como al adulto le gustaría,  mantener la calma y dejarles su espacio y tiempo.

– Establecer horarios aproximados para las tareas rutinarias, como la hora del baño, lavarse las manos antes de comer, ir al servicio antes de acostarse, etc.
– Emplear cuentos o relatos en los que los protagonistas realicen aquellas tareas que queremos trabajar con ellos para que se sientan identificados.

– Reforzarle de manera positiva a través de elogios, dotándoles así de seguridad e iniciativa para las próximas ocasiones.

– Dejarles libertad para hacerlo solos, en caso de querer ayudarles, se les puede mostrar cómo hacerlo a través de un ejemplo, pero no realizando la actividad por ellos.

– Utilizar canciones que nos ayuden a establecer los tiempos. Les ayudará a saber qué hacer en determinados momentos.

– Tener en cuentas los diferentes ritmos de cada niño.

Para terminar, destacar la importancia del trabajo en equipo en la educación de los más pequeños, tanto dentro del ámbito familiar entre los diferentes miembros de la familia, como con la escuela. Esto es, el desarrollo de la autonomía del niño o niña será más rápido y beneficioso si se trabaja de forma paralela en la familia y en la escuela y si en el ámbito familiar lo fomentan todos los miembros que se encarguen de su cuidado. 

(Fuentes: Revista “Bebés y más”, guiainfantil.com)

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